Es probable que nadie a quien amputan una pierna con 28 años se imagine preparando unos Juegos Olímpicos algunos años después. Pero Silvia Elvira no parece amedrentarse por los obstáculos que la vida le va poniendo en el camino. Diagnosticada de un cáncer en la pierna izquierda a los 18, amputada a los 28 y ahora, a sus 39, a punto de convertirse en la primera española en participar en una nueva modalidad de piragüismo adaptado en los Juegos Paralímpicos de Brasil.
La vida de Silvia era probablemente la de una chica corriente hasta que le diagnosticaron un tumor en el hueso, un osteosarcoma -habitual en jóvenes-. Ese diagnóstico dio comienzo a una segunda vida marcada por las sucesivas recaídas de un cáncer que tiende a reaparecer a menudo; una vida de hospitales que se convirtieron en la biblioteca donde Silvia preparó su carrera de Fisioterapia. El problema, como ella misma explica, es que cada recaída y cirugía posterior (para ir limpiando el hueso de enfermedad) iba mermando su calidad de vida. "Sólo caminaba con muletas y tenía mucho dolor".
Por eso cuando los médicos le anunciaron que era necesario amputarle la pierna por encima de la rodilla, Silvia lo vivió casi como "una liberación. Como si llevase años preparándome mentalmente para aquello". En esos 10 años contra el cáncer, Silvia había ido abandonando no sólo su trabajo sino también su pasión por el senderismo o las carreras de orientación. "Una chica que conocí en el hospital con el mismo tipo de cáncer que yo, Raquel, me dijo que ella practicaba kayak de mar, que debería probarlo. Estás sentada sin la prótesis y vas viendo paisajes, me decía".
Cuando se animó a probar y llamó a Raquel para hacerlo juntas descubrió que había fallecido, así que casi como un tributo a su amiga, Silvia comenzó a navegar. Picada por el gusanillo de la canoa, no tardó en participar en su primera competición, un campeonato mundial celebrado en Hungría y del que volvió con la medalla de plata colgada al cuello. "Ahí fue cuando me planteé, ¿qué hago?, ¿sigo?".
Y siguió. Siguió compitiendo y ampliando sus horizontes hasta poner el ojo en los próximos Juegos Paralímpicos de Brasil 2016, donde su disciplina, el paracanoe, será disciplina olímpica por primera vez. Y ella, si todo sigue el plan previsto, será la primera mujer española en participar en esta categoría. Su aventura, quiere subrayar, es posible gracias a la financiación privada que obtiene de su patrocinador, el fabricante de genéricos Accord, que colabora también con el videoblog en el que va narrando su aventura.
Ni el cáncer ni haber perdido una pierna le han impedido tampoco cumplir un sueño que tiene desde pequeña: ser madre. "Incluso cuando me compré mi primer coche de soltera lo elegí con cinco puertas porque sabía que quería tener hijos", cuenta. Sus gemelos de seis años -Oriol y Guillem- han crecido conviviendo con naturalidad con su discapacidad y ahora presumen incluso de su "mamá especial con una pierna robot"; una súper mamá que dejó atrás un cáncer para ponerse a navegar.
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