El virus DWV y el hongo Nosema ceranae, principales matarifes de las colmenas de medio mundo, se han extendido a los polinizadores naturales como los abejorros, que son aún más importantes que las abejas comerciales para la agricultura y el medio ambiente. Los científicos de la Royal Holloway University de Londres lo han demostrado en experimentos de infección en el laboratorio y en un estudio de campo a gran escala. Las 250 especies de abejorros peligrarán pronto tanto como las colmenas de los apicultores, con consecuencias económicas indeseables.
Los experimentos de infección en el laboratorio demuestran que el virus DWV –deformed wing virus, o virus de las alas deformes, aislado en las colmenas de Japón en los años ochenta— no solo es capaz de transmitirse de las abejas comerciales a los abejorros, sino que hace enfermar a los segundos y acorta su vida. También el segundo gran patógeno de las colmenas, el hongo –o microsporidio, más correctamente— Nosema ceranae es capaz de hacer ese viaje fatal desde el género ‘Apis’ (el de la abeja) hasta el género ‘Bombus’ (el de las 250 especies de abejorros).
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